TRABAJOS CATEGORIA JUVENIL

PRIMER LUGAR - CATEGORIA JUVENIL

"El primer cóndor que voló por la ciudad de Puerto Octay"

Valentina Urra, 27 años, Las cascadas

Valentian Urra
Valentian Urra

Había una vez en una montaña, que era parte de la cordillera de los andes, donde en un pequeño risco había un enorme nido, habitaba una madre cóndor que esperaba el último nacimiento de uno de sus tres huevos. Como el huevo tardaba en romperse la madre pensó en ayudar golpeándolo con su pico, para su desgracia lo golpeó muy fuerte y cayó fuera del nido hacia una pequeña rama de un árbol que crecía en el risco. Asustada vio que el huevo en el árbol ya estaba roto y su pequeño polluelo estaba en una pequeña rama estancado. Voló hacia él y lo recogió con una de sus patas y lo regresó al nido con el resto de sus hermanos. Una vez a salvo en el nido, la mamá cóndor se percató que su polluelo mediante la caída que tuvo no había nacido bien con sus alas, sus alas eran cortas y seguramente no podría volar jamás. Triste pensó que su polluelo no volaría y tendría que quedarse con ella toda la vida, así que pensó en una solución para que su polluelo pueda subsistir. Cuando él cumpla un año lo enviará a un lugar donde podrá vivir en paz sin ser cazado y donde existe bastante comida para que él pueda cuidarse solo. Así el polluelo con alas cortitas siguió creciendo hasta cumplir el año y convertirse en un joven cóndor. y su madre decidió hablarle a su joven hijo sobre su pronta partida, ya que todos sus hermanos ya habían dejado el nido y solo quedaba él y le dice: _hijo mío, ya eres grande pero como no naciste con tus alas completas debido a un accidente de pequeño te enviaré a un lugar donde podrás sobrevivir. El joven cóndor curioso respondió: _ mamá ¿A dónde planeas llevarme? ¿Y cómo se llama ese lugar?. La madre respondió: _No te preocupes hijo, ese lugar al que te llevaré es un lugar muy bueno donde podrás comer y vivir en paz, los humanos lo llaman "Puerto Octay". El joven cóndor sabiendo que su madre lo quería mucho y que quería lo mejor para él asintió en estar de acuerdo con la idea de su madre. Entonces su madre volando lo tomó de sus alas cortas con sus patas y emprendieron el viaje. Durante el viaje, cuando estaban por llegar a puerto octay hubo una tormenta fuerte que los azotó con fuerza y en un descuido la madre soltó a su hijo debido al fuerte viento. Y cayó al lago Llanquihue, ella trató de salvarlo pero la tormenta era muy fuerte, triste no tuvo más opción que buscar refugio y buscarlo por la mañana. Mientras tanto, el joven cóndor que había caído al lago, trató de llegar a la orilla para poder salvarse de la fuerte tormenta, pero fue inútil mientras más trató de volar no podía alcanzar la orilla. En ese instante una bandurria que pasaba por ahí, lo divisó y lo sacó para luego dejarlo un poco más alejado de la orilla del lago Llanquihue. A lo cual ya un poco más allá de la orilla del lago, en un agujero de un árbol se quedaron los dos refugiándose de la tormenta. A la mañana siguiente al despertar, la bandurria le pregunta al joven cóndor: _ Oye cóndor ¿Qué hacías en medio de esa tormenta nadando en el lago?. El joven cóndor le responde: _ No estaba nadando, cuando era pequeño me caí y mis alas se hicieron cortas y ¿Me puedes decir quién eres tú y dónde estoy?. La bandurria le responde: _ soy pepe bandurria y estás en la orilla del lago Llanquihue, así le dicen los humanos de esa ciudad a la cual también le llaman puerto octay. El joven cóndor sorprendido le responde: _es ¿en serio? ¿Entonces ya llegué a esa ciudad llamada puerto octay? .La bandurria sonriendo le dice: _ pues claro cóndor, solo que ahora estás acá un poco más lejos de la ciudad, de la orilla del lago y adentro de este árbol. ¿Pero por qué preguntas eso?. El joven cóndor responde: _Mi madre me dijo que ese lugar era una buena opción para que viviera solo, que habría mucha comida y viviría tranquilo, dada mi condición que no puedo volar, por mis alas cortas. La bandurria sintió mucha pena por él, así que pensó en una manera de ayudarlo y se le ocurrió que lo llevaría con su amigo chubi, un perro grande y con abundante pelo negro, el sabría qué hacer, ya que chubi vivía en una iglesia con un sacerdote llamado Melvin. Y él dijo: _ te llevaré con mi amigo chubi, es un perro que vive en la casa de un humano que le llaman padre Melvin, su humano es muy amable si te ve probablemente no resistirá en ayudarte, porque a mí me ayudó una vez, un día cuando estaba muy hambriento estaba muy débil para volar y caí en su techo, él me cuidó y alimentó hasta que pude volar de nuevo y me liberó, a la cual este aceptó. Así que decidió partir con la bandurria a conocer a ese humano. La bandurria lo tomó con sus patas y voló hacia la casa del humano que a su parecer era grande y con una torre puntiaguda. Cuando llegaron la bandurria descendió justo en la puerta, donde se encontraba dormitando su amigo chubi. El ruido de las alas de la bandurria despertó a chubi, que con un saltó de sorpresa le reconoció y también le extraño que venía con otra ave que no conocía y le dijo: _pepe que gusto verte ¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Y quién es esa ave tan extraña que te acompaña?. La bandurria sonriendo le responde: _ Ha pasado mucho tiempo chubi, y mi amigo aquí es un ave a que los humanos llaman cóndor y necesita de la ayuda de tu humano llamado padre Melvin. El perro le dice: _ oh vaya, ya había oído hablar de esas aves llamadas cóndor de la boca de los humanos y que vivían en las montañas de la cordillera de los andes, pero ¿Qué hace una ave cóndor en esta ciudad? ¿ Y por qué necesitas a mi amo Melvin?. El joven cóndor le responde:_ vine aquí a esta ciudad porque mi madre me trajo y dijo que viviría tranquilo y que no me faltaría comida, ya que es la época en que tengo que dejar el nido al igual que mis hermanos. Y la bandurria me dijo que tu humano llamado padre Melvin podría ayudarme con mis alas cortas, ya que eso me impide volar. El perro le responde: _oh eso es una lástima, pero no te preocupes mí amo Melvin te ayudará él ayuda a todos, tiene un muy buen corazón. Quédate aquí voy a ladrar, chillar y rasguñar la puerta para que salga y te vea. En cuanto el perro chubi comenzó a llamar a la puerta con sus chillidos, ladridos y rasguños en la puerta, el padre Melvin salió a ver qué pasaba y en cuanto vio a la bandurria parada al lado del cóndor que estaba echado y a su perro chubi que le señalaba con sus ladridos al cóndor, dio un salto de asombro y exclamó sonriendo: _ oh vaya, nos encontramos de nuevo mi amiga bandurria y parece que has traído un amigo que necesita nuestra ayuda ¿Qué te parece chubi?, dios nos ha traído otras de sus majestuosas criaturas. El perro chubi ladraba con exalto de alegría cuando el padre Melvin tomó al cóndor entre sus brazos y lo llevó adentro de la iglesia para examinarlo mejor. A su vez le siguió la bandurria para ver que podría hacer el humano llamado Melvin para ayudarlo. Se dirigió a una habitación y lo colocó en una mesa que usaba para escribir cartas, procedió a hacerle un poco de cariño para calmarlo y comenzó a examinarlo para ver donde era el problema, y notó que sus alas eran cortas, pensó tal vez que por eso no podía volar y la bandurria lo trajo volando, si es así lo mejor sería hacerle unas alas artesanales para que pueda volar. Y para ello necesitaría la ayuda de un artesano en madera para que le creara unas alas para que pueda volar. Y el padre Melvin ya conocía justo a una persona que tenía una taller donde se trabajaba la madera. Por tanto se dispuso a buscarlo mañana durante la mañana ya que estaba anocheciendo y seguramente no lo encontraría hasta mañana en la mañana. Colocó al cóndor en un cajón con paja para que no tuviera frío y lo alimentó con carne cruda para que no se muera de hambre y dejó también otro cajón al lado del cóndor con paja para la bandurria para que le hiciera compañía, a su vez también se acostó al lado de ellos chubi y el padre cerró la puerta y se acostó a dormir. A la mañana siguiente, el padre melvin se levantó y a su vez también vio que sus amiguitas aves también estaban despiertas, al igual que su perro chubi y les dio los buenos días y les trató de decir que irían con el artesano, pues para el padre melvin si las creaciones de dios entienden la voz del padre creador también entienden a los humanos cuando a estos se les hablan con amor. Pues partieron saliendo de la iglesia los cuatros caminando para ir a la casa del artesano, el padre melvin llevaba en una cartera de cuero con la correa hacia al lado, al cóndor adentro muy bien resguardado y con su cabeza afuera de su cartera y a su lado iba volando pepe la bandurria y caminando su perro chubi. Cuando llegaron a la casa del artesano, el padre melvin llamó a la puerta y este salió a recibirlo. Para su sorpresa el artesano se sorprendió al ver al padre melvin con una bandurria posada en el suelo por un lado y un cóndor en su cartera por el otro y le pidió que le fabricara una alas para el cóndor para que así pueda volar, a la cual este acepto y le dijo que en tres días tendría hecha tres modelos de alas. Así el padre le entregó al artesano el cóndor por un momento para tomarle las medidas y cuando el artesano se lo entregó de vuelta, juntos regresaron a casa. Y cuando pasaron los tres días el padre melvin volvió y el artesano ya tenía hecho las tres piezas de modelos de alas para que lo probaran en su pequeño patio. Cuando probaron en el patio el primer modelo con el cóndor, este no podía volar porque le incomodaba los amarres de cuerdas de cáñamo, probaron el segundo que tenía amarres de lana y tampoco funcionó porque le picaba la lana y cuando probaron el tercero con los amarres de cueros, este si funcionó y si pudo volar, para la cual el padre melvin dio gracias a dios con alegría y también le dio las gracias al artesano que lloraba de alegría, al igual que sus amigos pepe la bandurria y chubi el perro que estaban felices de ver que el cóndor podía volar. Y mientras reinaba la felicidad, la mamá cóndor hizo su aparición después de tanto buscarlo y se puso feliz de verlo volando junto a ella y le dijo que ahora él podría vivir por su cuenta y ya no tendría que preocuparse de él y que volvería a la montaña. Él asintió feliz y cuando se despidió de ella también se despidió de sus amigos. Y se fue a vivir cerca del lago y no tan lejos de la ciudad. Y por un tiempo siempre voló a visitar a sus amigos y amigos humanos.

           FIN

SEGUNDO LUGAR - CATEGORIA JUVENIL

El niño que se convirtió en dragón

Jorge Matias Hernández, 13 Años, colegio Sn. Vicente de Paul

Jorge Matías Hernández
Jorge Matías Hernández

Había una vez, un niño llamado francisco que no le gustaba vivir en la ciudad, porque le gustaba el bosque. Una noche sus padres le contaron que en el bosque había criaturas peligrosas, hechiceros y una criatura grande con alas como de murciélago, con una boca grande por donde escupía fuego, que tenía unos gritos como rugidos de león, que comía humanos y era gobernador del bosque entero. Además le dijeron también que jamás debía de ir al bosque. Una noche para satisfacer su curiosidad, francisco decidió escaparse de su casa por la ventana. Sabiendo que tenía que volver a su casa por la mañana, siguió corriendo por un camino que lo llevó al bosque. Cuando llegó al bosque comenzó a explorar, pero para su mala suerte él se perdió dentro de este. Pensando que no podría volver a su casa jamás, se puso a llorar sentado en árbol, pero mediante su agonía y sollozo escuchó unos ruidos que provenían de unos arbustos y cuando alzó su vista para mirar vio a unas extrañas criaturas que lo observaban. Las criaturas por su curiosidad se acercaron a francisco y cuando quisieron intentar tocarlo, él se asustó y corrió más adentro del bosque, en su desesperación tuvo suerte de encontrar una cueva el cual decidió esconderse dentro de ella. Al ver que perdió de vista a las criaturas le dio sueño y decidió dormir para el otro día regresar a su hogar.

A la mañana siguiente, se despertó escuchando una respiración profunda y sintió un calor abundante en su espalda, y al mirar hacia a atrás contempló la extraña criatura grande que le hablaron sus padres, temiendo que la criatura se lo comiera se levantó despacio y caminó en dirección hacia afuera para salir de la cueva y escapar. Para su mala suerte, pisó una ramita que hizo ruido y despertó a la criatura, el cual este al ver al francisco acercó su pata con la intención de tomarlo por curiosidad, pero francisco se asustó y quiso escapar corriendo. Pero en ese instante, él Io agarró con su pata y lo acercó hacia su nariz para olerlo y ver si este tenía intenciones malignas, como no encontró ninguna, la criatura notó que el niño temblaba y sintió su miedo. A la cual este le da una lamida en la cara para demostrarle su intención de amistad, pero como no consiguió quitarle el miedo y más lo asustó pues francisco pensaba que la criatura se lo iba a comer, pensó como aliviarle su temor, no obstante, la barriga de francisco sonó unos crujidos de deseos de hambre. Así que la criatura asumió que el niño tenía hambre y lo sostuvo con una de sus patas y voló fuera de la cueva para buscar comida. Estando en el cielo la criatura vio un árbol de manzanas y decidió descender al árbol para comer, cuando descendió puso a francisco sobre el árbol y los dos se dedicaron a comer, y mientras la criatura comía, francisco dejó de sentir miedo y sintió que la criatura no tenía intención de comérselo. Entonces le ofreció una manzana de su mano y cuando este se la comió los dos sintieron alegría y confianza, desde ese día fue como si los dos hubieran sellado una amistad por el solo hecho de haber compartido una comida juntos, ya que los dos sentían soledad, uno por un lado era hijo único y el otro una criatura que al parecer también estaba solo durante mucho tiempo. Después de que saciaron su hambre, la criatura puso a francisco sobre su lomo y juntos regresaron volando hacia la cueva para descansar. Durante la noche en la cueva, sintieron unos ruidos que provenían de afuera, como ya era de noche y estaba obscuro, francisco hizo una antorcha con un pedazo de su pijama y una rama, a lo cual le pide a su amigo que le encienda su antorcha, para salir a averiguar que eran esos ruidos. Cuando los dos salen afuera, francisco alumbró con su antorcha sobre los arbustos, para su sorpresa no eran ni nada más ni menos que las criaturas con las que se encontró al principio cuando se perdió, solo que esta vez estas criaturas venían acompañado de un anciano, que para francisco tenía una forma extraña de vestir.

Para los ojos de francisco, el anciano parecía vestir un camisón de dormir largo y de color negro, amarrado con un cinturón de cuerda, con un sombrero puntiagudo como un cono de los que se usan para detener el tránsito y con bastón largo con una extraña piedra incrustada en el pomo. Este anciano, al principio le preguntó a francisco que hacía en el bosque y cuál era su nombre, a lo cual francisco le contestó, dándole primero su nombre y que su curiosidad lo llevó a perderse en el bosque y después conoció a la criatura que lo ayudado, cuando se asustó de las extrañas criaturas que están presentes ahora. El anciano le dice que la criatura es un dragón que se llama dragón legendario y es él último guardián del bosque y que las demás criaturas son gnomos, hadas y duendes. Todos ellos son protegidos por él, pues hay otro dragón más, que es maligno, de color negro y come humanos. Francisco se quedó atónito con lo que le dijo el anciano, pues no podía creer que había dos criaturas y que se llamaban dragones y que había extrañas criaturas que también tenían sus nombres, sus padres solo le dijeron que una criatura vivía en el bosque y comía humanos, pensó tal vez que tenía suerte pues se topó con el dragón bueno. Pero las sorpresas no llegaron hasta ahí para francisco, el anciano le dijo también que él era un hechicero y que estaba esperando al humano de la profecía. A lo cual francisco responde que quería ayudar a derrotar al dragón negro y que le hablara de la profecía. El hechicero le dice que no cree que él sea de la profecía, pues para él un niño no podría derrotar a un dragón ni menos uno obscuro con mucha maldad. Mediante las suplicas de insistencias de francisco hacia el hechicero, él accedió cuando vio la mirada valiente de francisco al querer enfrentarse al dragón negro, para ayudar al bosque y decidió hablarle de la profecía, "La profecía trataba de que un día un humano pelearía junto con el dragón legendario para derrotar al dragón negro y regresar la paz al bosque" Sabiendo el hechicero que francisco necesitaría ayuda para protegerse, le otorgó una espada encantada y el don de blandirla para derrotar al dragón negro junto con el dragón legendario. Después el hechicero le dijo a los dos, donde vivía el dragón negro, él vivía en una montaña negra rodeada por un bosque quemado, pues ese dragón era destructivo y solo pensaba en acabar con la vida del bosque.

Cuando llegaron al lugar, el dragón negro los estaba esperando en el bosque quemado, francisco y el dragón legendario atacaron primero juntos proporcionándoles heridas a las alas del dragón negro, mediante las mordidas del dragón legendario para que no pueda volar. Entonces el dragón negro enfurecido, por no poder volar, atacó al dragón legendario con sus garras, a lo cual este para evitar que francisco fuera lastimado lo apartó a un lado con su hocico de su lomo y recibió los ataques del dragón negro. Francisco al ver a su amigo dragón tan lastimado y que lo seguían lastimando, mientras él soportaba los ataques, agarró su espada encantada y con su don, subió por el lomo del dragón negro hasta llegar hasta su cuello y le dio una estocada a su cuello, dando muerte final al dragón negro y fin al reinado maligno.

Una vez muerto el dragón negro, francisco se apresuró para ver a su amigo dragón quien estaba muy lastimado, al ver que este no reaccionaba cuando le hablaba, pensó que estaba muriendo y comenzó a llorar, pero en ese instante llegó el hechicero y las criaturas del bosque en su auxilio. El hechicero revisó al dragón legendario y le dijo a francisco que la razón de porque estaba tan mal era porque estaba envenenado. La única cura era que el dragón bebiera un poco de sangre de otro dragón igual a él, puro y bueno. Por desagracia él era el último de su especie, por tanto iba a morir. En ese instante a francisco se le ocurrió una idea y se la propuso al hechicero.

La idea trataba de que el hechicero podría convertirlo en dragón, pues francisco era bueno y no tenía maldad en su corazón, tal vez su sangre podría salvarlo. El hechicero accedió, pero le advierte que él no sería un dragón completo sino un híbrido mitad dragón y mitad humano, pero que de todas formas su sangre salvara al dragón. Francisco, acepta feliz y le pregunta la forma para convertirse, entonces el hechicero le dice que para que un humano se convierta en dragón, tiene que comerse una escama del dragón legendario. Cuando francisco se come la escama, se convierte en un pequeño dragoncillo de color blanco igual que su amigo, y procedió a darle su sangre a su amigo, infligiéndose una pequeña herida en su pata, se acercó a su amigo y este con sus últimas fuerzas le da unas lamidas a su pata. Al curarse el dragón legendario, todos se pusieron felices y francisco cuando volvió a su forma humana corrió y lo abrazó en unas de sus patas.

Después de tanta alegría el hechicero le dice a francisco, que ya es hora de que vuelva a su casa, pues ya había cumplido su misión de ayudarlos. Francisco accede tranquilo y se despide de su amigo dragón y de los demás, más les dice que ya que él era un pequeño dragoncillo, acudiría al bosque cuando lo necesitaran.

Cuando este vuelve a su casa, se va directo hacia su habitación y al tropezar con una pelota, este hace ruido y los padres acuden a su habitación. Cuando lo ven, lo abrazaron y besaron, pues lo habían estado buscando por mucho tiempo y pensaban que estaba muerto. Pasaron los días y francisco, a pesar de igual extrañaba a su amigo dragón y omitiéndoles a sus padres que él era un dragoncillo ahora, seguía su rutina diaria tranquilo. Una noche mientras dormía, el hechicero se le aparece en un sueño y le dice que debe acudir al bosque, pues había una nueva amenaza para el bosque y esta vez para toda la cuidad.

CONTINUARÁ...

TERCER LUGAR - CATEGORIA JUVENIL

Semana de soledad

Marcela Azócar, 17 años, Escuela Rural Las Cascadas.

Marcela Azócar
Marcela Azócar

Mi nombre es Tyler, hace 2 días he estado en un camión solo, lo único que recuerdo es a alguien entrando a mi habitación, me golpeó fuertemente en la cabeza haciendo que pierda el conocimiento.

Día 2 (solo)

Aún estoy aquí; por debajo de una pequeña puerta me dieron un cuaderno donde escribiré cada situación que estoy pasando. Siento que debo hacer algo, pero el miedo recorre completamente todo mi ser, no sé cuánto llevo aquí, quiero a mi familia, a mis amigos, necesito comunicarme con alguien.

Un gas blanco inunda mis fosas nasales, siento mucho sueño y cansancio, creo que hasta aquí escribiré, nos vemos, si aún estoy con vida.

Día 3 (solo)

No sé en que momento llegué a una habitación oscura y húmeda, hay una pequeña luz tenue que viene debajo de la puerta, siento pasos y respiraciones, pero nadie entra, por favor, ayúdenme.

Día 4 (solo)

No puedo estar más aquí, entraron unos tipos grandes y me golpearon, no sé cuánto lloré la noche anterior, pero siento mis ojos pesar.

Día 5 (solo)

Hoy un caballero robusto, de piel pálida, habló conmigo, me contó que mi padre debe dinero y no al banco; sino a un grupo de narcotraficantes. No entiendo nada que tengo que ver yo aquí, no lo sé, creo que de ahora en adelante, odiaré a mi padre por lo que me está haciendo pasar.

Día 6 (solo)

Ya me explicaron mis normas y órdenes que debo seguir; dijeron que mi padre me había vendido por la deuda, no puedo creer Io malo y odioso que fue estar en casa de ese hombre, sirviéndole como un estúpido. Me asignaron una habitación, no está nada mal, pero extraño a mi madre, espero que nada le haya pasado a ella.

Día 7 (solo)

Me atreví a preguntarle que día es al hombre robusto y me respondió de mala manera ieso no te importa! y me golpeó, me agarró y me cambió de habitación, creo que es un sótano, escucho como le da vuelta a la llave, nuevamente estoy encerrado.

Luego de varios minutos, observo la habitación y creo tener una forma de salir de aquí, en la habitación hay una pequeña ventana, gracias a mi cuerpo delgado creo que quepo ahí, no sé en qué me estoy metiendo, pero debo intentarlo.

Tyler rompió la ventana y salió de la casa, ahora el desafío era pasar los guardias de seguridad de esa mansión, se escabulló entre las plantas y corrió directo a un río y donde sin importar se lanzó. Cuando llegó a una avenida, hizo un recorrido bastante largo, donde logró llegar a casa. Su madre estaba sentada en el sofá con mirada neutra, cuando lo vió corrió donde él y le dijo que su padre se había quitado la vida dejándole la deuda a ellos. Tyler le dijo que lograrían pagarla y se abrazaron felizmente.

Día 10 de septiembre de 1983, a una semana de su fuga.

Tyler estaba sentado a la mesa y su madre en la cocina preparando el almuerzo, alguien toca la puerta, el peor error fue abrirla "¿me extrañaste Tyler?" ...el hombre robusto y pálido estaba frente a él...

MENCION HONROSA - CATEGORIA JUVENIL

VIAJE

Catalina Monasterio Vallejos, 17 años, Las Cascadas

Catalina Monasterio
Catalina Monasterio

¿Alguno de ustedes ha conocido a un viajero? Aquellos hombres y mujeres que se atreven a dejar sus hogares y marcharse a tierras desconocidas, son todo un misterio, no se sabe que artilugios pueden llevar consigo o que lenguas e historias han escuchado y aprendido por ah í.

Bueno, yo conocí a una, su mirada cansada pero profunda y alegre me transmitió toda esa grandeza, de quién ha recorrido miles de kilómetros por el mundo.

Se llamaba Morín, 87 años y contando, vivía a la vuelta de una esquina situada en un pueblo donde la gente llegaba cuando ya quería descansar. Yo tenía ocho años cuando la conocí, iba de camino a la escuela cuando de pronto resbalé y caí en un charco, en él había una piedra filosa, con la cual me lastimé, debido al ruido que causé, Morín salió de su casa, me vio y socorrió, haciéndome una curación en la herida generada. En muestra de agradecimiento me quedé charlando con ella, me comentó que conocía a mi familia. Cuando llegué a casa se lo conté a mi abuela.

  • iA regresado al fin! - Exclamó acabado mi relato.
  • ¿De dónde? - Le pregunté sin saber a qué se refería.
  • iDe su viaje eterno! Ella hace muchos años decidió convertirse en una trotamundos y embargarse con los secretos de este vasto planeta y sus diversas culturas. - Mi abuela, tras callar un par de segundos, añadió: -Mañana ve a invitarla a tomar once con nosotros-.

Y así fue como comencé a descubrir lo que significaba ser viajero. Día tras día, ella me transportaba a países que nunca hubiese si quiera imaginado que existiesen, crecí junto a sus bellos relatos de tierras lejanas, unidos al complemento de fotografías, que revelaban paisajes tan hermosos como un pedazo del Edén.

Un día, yo ya con diecisiete años, pasé a su casa para regalarle una tarta de frambuesas que le preparamos con mi abuela, llamé y llamé, pero nadie me regresó el llamado, por Io cual extraje las llaves que estaban escondidas y entré. Caminé a su habitación, grande fue mi sorpresa cuando aquella persona que días anteriores irradiaba energía y alegría ahora yacía tan apagada, suavemente me le acerqué.

-Hola, Morín-

Abrió los ojos- Hola, querida.. .-Los volvió a cerrar.

Sin saber qué hacerla tomé de la mano, agarré mi celular y llamé a mi abuela, la cual a su vez llamó a la ambulancia. Mientras esperábamos la llegada de esta, intenté conversarle.

- ¿Qué le sucede? - Pregunté.

-Penas de viajero- Me respondió. -Creo que hay algo que no te he contado... Hace muchos años, conocí a Felipe, quien me hizo expandir mis horizontes, darme cuenta que existe algo más allá que nuestro metro cuadrado, que hay quienes esperan a ser descubiertos, encontrados, que me inspiró y también que me enamoró, era mayor que yo, me pidió que lo acompañase, pero yo me rehusé, me sentía tan joven que vi aquel viaje como una irresponsabilidad, algo que no debía hacer, que me era prohibido. Ingenuidad la mía, él se marchó y yo hice mi vida, me casé, trabajé, pero nunca pude llenar aquel vacío que sentía. Nunca tuve hijos y mi esposo murió. Sola y triste decidí que ya era hora de realizar aquel viaje que se me había sido prometido tanto tiempo atrás. Mi primer paradero fue un lugar del cual me habló Felipe, un sitio donde él nadó y creció, donde también miles de turistas llegaban a recorrer y absorber aquella esencia rústica que también él lograba transmitir a los demás. En cuanto llegué me di cuenta de la razón por la cual era un lugar tan transcurrido, es posible que quien haya inventado la palabra "hermosura" se haya inspirado en aquellos parajes. Maravillada, recorrí aquel pueblo situado entre montañas. Hasta que lo vi, era Felipe, fue como si los años no hubiesen pasado, me le acerqué y no logré contener el abrazo que surgió de mis brazos hacía él. Pasaron los meses y nuestro amor renació con fortaleza, libre de temores y angustias. Puedo decir que vivimos plenos y felices, tranquilos, recorriendo el mundo, sentí todo ese amor a la vida que antes no había llegado a experimentar. Él padecía una enfermedad terminal, pero aun así fueron los años más gratificantes de mi existencia. Es por esto que te quiero incentivara ti a que hagas lo que te nazca, que no te pase lo mismo que a mí, que esperes toda una vida para realizar aquello que amas. -

Con lágrimas en mis ojos la observé detalladamente- ¿Qué puedo hacer por ti? -

Ella me sonrió y con dulzura me dijo -Haz lo mismo que hicieron aquellos turistas con Felipe y luego él conmigo, inspira a quienes te rodean, ayuda a tu entorno a crecer, sírveles de ejemplo al transmitir la felicidad que desborde tus acciones, vive en eterna ataraxia y plenitud. -"

Lentamente, observé a cada uno de los niños que yacían a mis pies, boquiabiertos e impresionados. -Es por esto niños, que ustedes siempre deben perseguir sus metas, aquello que los impulsa a engrandecerse, enriquézcanse en conocimiento, ya que este les otorgará la libertad que tanto ansiamos. Y lo más importante, dejen el miedo y las inseguridades atrás, atrévanse a disfrutar de lo hermoso de sus vidas y nunca se olviden de agradecer de los pequeños detalles que dejan una gran marca en el corazón. Les deseo grandeza y felicidad. Y recuerden la vida es un viaje, depende de cada uno de ustedes lo grato de su pasar. Escriban sus propias bitácoras -Me despedí de cada uno de ellos, de la supervisora y salí... taché Moscú de la lista, ahora viene

París.

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar